"..., cuatro, cinco, seis...", gritan. No lo comprendo, pues la campana ha sonado y estoy en mi rincón.
"...la derecha, la derecha... luego saca el crochet con la izquierda y fuera...lo tienes, lo tienes...". Huele a sudor y linimento, necesito respirar un poco, pero ya lo tengo "la derecha y el crochet, la derecha y el crochet en cuanto abra la guardia…"; "vale, ya te oigo Frank...la derecha y el crochet...y a la lona".
"...la derecha, la derecha... luego saca el crochet con la izquierda y fuera...lo tienes, lo tienes...". Huele a sudor y linimento, necesito respirar un poco, pero ya lo tengo "la derecha y el crochet, la derecha y el crochet en cuanto abra la guardia…"; "vale, ya te oigo Frank...la derecha y el crochet...y a la lona".
“…doce, trece, catorce…”
“pero ¿por qué siguen contando?” ¿No se te ocurrirá tirar la toalla eh Frank?...no ves, ya lo tengo, la derecha y el crochet y a la lona...a la lona". “Tarda la maldita campana, ponme un poco de grasa en la ceja que me duele...sí, ya sé, la derecha y el crochet, la derecha y el crochet y el maldito a la lona... ¿cuánto era la bolsa Frank, que no me acuerdo?”. “Pero ¿y la maldita campana?, van a permitir que se recupere, cuando ya lo tengo…”
“Ya no cuentan Frank, ahora oigo una sirena…”
“¿Y la campana Frank? Estoy en forma, la derecha y el crochet, y a la lona…eh Frank, estoy en forma, mi mejor combate, y la bolsa que necesitamos ¿eh Frank?…”
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