miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿Primera? carta de amor muerto.


Entre los papeles de don Nicasio, aparece de nuevo una extraña carta, sin fecha.

En esta no hay rastro de estampillas de censura, ni tampoco va firmada. Quizá solo fuera un borrador salido de su mente enferma, o un texto no enviado escrito antes de su encierro.

En todo caso, no hay duda de su autoría, más si se relaciona con las otras;  y casi me atrevería a decir que es, en efecto, de un tiempo anterior a todo su caso y juicio. El comienzo de algo.

Las referencias a su amor, de tan triste destino final, sigue poniendo la congoja en el alma y el nudo en el estómago. A pesar de la atrocidad última, ¡qué difícil le debió resultar el final para su alma atormentada!

Hela aquí:

“Cada héroe tiene su cronografía. Y el lugar de sus hazañas queda marcado en los textos,  jalones de su existencia y deambular. Fechas y lugares que, con el tiempo, son mitologías para las generaciones futuras, a las que vuelven para encontrar explicación a sus pequeñas historias; son  el refugio de sus miedos, la esperanza de sus sueños, la justificación de su forma de ser.

Yo, como el Poeta, no soy un héroe.  Mis armas y mis bagajes siguen siendo limitados: unas palabras, un color de difícil rima,  lecturas, la timidez de un niño, el hastío de un hombre duro…

Pero tengo poderosos aliados. El mar viejo y sabio; el sueño intenso y febril, la fe en una mirada, la desnudez proclamada de mi alma, la descarnada sinceridad.

Y sin embargo, también tengo una cronología y un lugar de mis hazañas.

Estos pasados siete días de agosto ya el comienzo de mi pequeña historia, el inicio de la vida tras la oscuridad y el silencio, el renacimiento del palpitar para mi corazón.

Y tuvo que ser en el mar de los héroes legendarios, de la civilización que llevo en las entrañas. En él vi por primera vez hace muchos años la razón de la existencia, y a esa razón me aferré a mis quince años, convirtiéndola en la materia de los sueños, la necesidad de mí respirar, la justificación del combate que, aún perdido, daba sentido a todo.

Han  pasado veintiséis años. Veintiséis inviernos fríos y duros. Años de luchar contra el tiempo, de armar las razones y los sentires, de no abandonarse a la locura y  la desidia. Una vida no plena de un niño que dejó de serlo y de un hombre que soñaba con el azul y el mar, atrapado entre familias, compromisos, sueños ajenos, justificaciones vacuas, inseguridades  y miedos.

El antihéroe amputado, convencido de que el invierno de su vida era perpetuo, y a él se habituaba, resignado.

Y en siete días de un mes de agosto, en la playa del viejo mar, el hombre ha vuelto  a ser el niño de sus quince años, y el niño se ha transformado en el héroe que soñaba en las noches estrelladas, caminando entre olas y marejadas, imaginándose morir en el azul de su amada.

Al fin, renace. Y canta. Vuelve a soñar. Pero ahora el sueño no es oscuro, ni enfermo, ni desvarío. Es luz, felicidad, dicha.

Y todo gracias a la ninfa de ojos azules que, tras veintiséis años, sigue siendo la misma. La fe y la certeza de entonces hechas realidad. El niño héroe está feliz, pues sólo él –creo- sabe quién es ella:
La belleza, la sabiduría, la hermosura, el mar, el intelecto, el sexo, el deseo, el misterio, la alegría, la calma, la serenidad, el fuego…ella es la mujer de los griegos, la amada de los héroes, la diosa de los romanos, el harén de los árabes, la princesa de los caballeros. Ella es todas y cada una de ellas, el motor de nuestra civilización, y lleva en su mirada toda la historia de nuestro viejo mundo, que ahora nace de nuevo y hermoso en el corazón, en la boca, en el cantar, de un pequeño héroe.

El es así por Ella. Y para Ella.

En la noche estrellada, oyendo el susurro del mar, el hombre piensa estas cosas y las pone negro sobre blanco, torpe pero sinceramente, para hacérselas llegar, junto a todo el sentir y agradecimiento”.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Sorpresa


Ya sé que es poca cosa, pero hace ilusión. 
Aquí os dejo el mensaje que recibí esta mañana. Es mi primera participación en un Concurso Literario, y por lo menos veré un poema publicado negro sobre blanco. 
Una versión del poema "Los beneficios de la Absenta", que anda por aquí también expuesto.
Estoy contento. Sí.

"Apreciado Enrique,    
Nos es grato comunicarte que el poema que enviaste titulado “De los beneficios de la Absenta” al I Certamen Internacional Toledano “Casco Histórico”, ha sido clasificado en el lugar número 26. Como te informamos en la Bases, a los 120 primeros clasificados se les publicará su poema en un libro que recogerá a los 120 catalogados. En tu calidad de finalista, recibirás en tu domicilio postal un ejemplar gratuito, que te cede la Secretaría del certamen, sobre el mes de enero. Han participado en el género de poesía, 211 autores/ras. Así que… te felicitamos. Recibe un fuerte abrazo de los jurados, Editorial Celya, y Secretaría."

Soledad

        Soledad. La calle solitaria acompaña mi vigilia húmeda de madrugada y deseo; te busco en todos los rostros te persigo en todos los c...