martes, 2 de noviembre de 2010

No tengo Facebook

Confieso.

Mea culpa. Por desgana y premeditación, no tengo "facebook". Ni "twiter".

No participo de ninguna de las redes sociales tan habituales hoy día, y que según dicen, son el futuro de las relaciones y las letras.

Y si dejo por aquí estas escasas letras mías es más por ánimo y acicate de mis escasos lectores que por alguna otra motivación, menos cibernética. Y eso después de escribirlas, con esa letra olvidada de caligrafía y minúscula, cuasicifrada, sólo comprensible para mí, como Enigma personal, con la que emborrono el temido folio en blanco.

Un arcaico, dirán.
Un antiguo. Quizá. Un resistente, puede ser. Un cobarde, seguro. Me aterra la inmediatez y la velocidad; el ritmo mío, pausado y reflexivo, introvertido lo llaman. No deseo que mis escasos pensamientos y sentires, pequeños, mínimos, sean también efervescentes. Es difícil parirlos, esos sentimientos y ese sentir, y no quiero pregonarlos amputados - o sería amptdos- y vehementes, porque serían también irreflexivos y nulos. No míos.

En mi triste aliño indumentario no entran las tecnologías, nuevas o viejas, sólo la pipa, el sombrero y el libro ajado de uso y relectura.
Perdónenme.

3 comentarios:

  1. Estimado Gaviero,
    No voy a entrar en reproches sobre su uso de las nuevas tecnologías, pues sé, amigo, que aunque ávido de conocimiento en esas lides, es usted reticente a las mismas. Pero el propio hecho de mantener esta bitácora, ya contradice sus propias palabras, al ponerlas al alcance del mundo a través de las redes de comunicación actuales.
    Por otro lado, sabemos a ciencia cierta, que no solo cuenta con un teléfono de esos que llaman "móvil", sino que en las últimas fechas se ha hecho con aparatos diabolicos de esos que reproducen textos con tinta electrónica.
    Y ya no ahondaré más en la herida, hablando de sus amigos "virtuales", y muchos de ellos ya reales, que ha conocido a través del "ciber-despacio" que tenemos en este país antiguamente llamado España, que coinciden en gustos y aficiones en torno a un trozo de madera en donde se colocan unas hierbas que han sido debidamente tratadas y le sacian su ansia de nicotina.
    Bien sabe Ud., amigo mío, que no están reñidas las novedades con lo añejo, y que en el equilibrio está la virtud; con lo que todavía podrá encontrar personas en este mundo de hoy, en el que todo tiene cabida, que lleven sombrero, fumen en pipa, y carguen un iPhone u otro "Teléfono inteligente" de esos...
    Así pues, sus disculpas no son aceptadas por mí, simplemente por falta de sinceridad total en sus palabras, pues esas tecnologías de las que reniega, están más cerca que nunca de su persona...

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  2. No seré yo quien ahonde en la herida...pero herida hay.

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  3. Yo tampoco ahondaré en la herida, que haberla haila y menos aún echaré sal

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