Sólo le pido al calendario
o al mismo Dios,
un día, o dos,
para vivirlos a tu lado.
Una pequeña ciudad con calles empedradas
que desemboquen en la mar
paseantes anónimos tu y yo
y un beso en cada rincón.
Una habitación, luego, llena de versos
sueños y pasión.
Dos amantes ya no desconocidos;
eso es lo que pido, sólo eso.
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