Cuarenta y cinco años
un puñado de libros viejos
cuadernos con malditos versos
y una querencia al desengaño.
Un destartalado Fiat Panda
un natural desaliño indumentario
un mirar miope y un andar solitario
ningún amor en ningún puerto.
Amor a la mar y al verso
pero ni poeta ni marino
un gris ciudadano escéptico
preñado de perplejidad y sueños.
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