jueves, 29 de enero de 2009

De guardia

Las respuestas ya no flotan en el viento, si no en laS cuentas de resultados de las multinacionales, a cuyo son se baila en el mundo de ahora. Sigue muriendo gente, pero ya nadie se pregunta cuantos, ni siquiera cuestiona si son demasiados. El cielo ahora no es azul, ni infinito, sino de hormigón y acero. Y las palomas, amigo Bob, ya ni siquiera vuelan, son sólo ratas con alas, y ya no hay viejos que las alimenten, recluidos todos en asilos y geriátricos. Tus amigos de larga cabellera, coronados de flores, ya no hacen el amor ni fuman maría, y ahora en vez de esperar de nuevo las respuestas en el aire, transformados en brokers suicidas, sólo temen por su descapotable y las vacaciones en Barbados. Y las balas siguen gimiendo por todo el mundo, más democráticas que nunca. Y los gritos, gran Bob, ya no los oye nadie, acallados en la era de internet y la televisión por cable. Los hombres siguen recorriendo caminos, pero dejaron de ser hombres, ahora sólo son estadísticas y números, y rostros lejanos e irreconocibles en los noticiarios. Las montañas, hoy, sólo son un sueño utópico, mientras construimos rascacielos de mil pisos y desviamos ríos milenarios. Ahora, todos volvemos la cabeza cuando un niño negro sufre en algún lejano país, o cuando una mujer es lapidada por amar libremente, preguntandose en qué aire flotan ahora las respuestas. Ya no es necesario fingir que no se ve, basta con hacer zapping. Y, viviendo muchos años, es difícil hoy encontrar un hombre libre.
Por eso, Bob, no te culpo. Luchaste, y a veces es imposible mantener uno sólo la trinchera, entregando la voz rota y la salud decrépita, cuando los colegas se cansaron, y el sesenta y ocho es sólo un recuerdo de volutas de humo y orgasmos regalados, entre flores y guitarras. Como tu muy bien dijiste, los tiempos están cambiando, y todos caeremos tras la lucha. Al fin y al cabo, hoy ya nadie llora a Marilyn, ni siquiera el pobre Joe DiMaggio; eso es mucho cambiar.
Pero deja que al menos, hoy, gran Bob, un amigo tuyo que no te conoce, derrame una lágrima y siga buscando las respuestas que flotan en el aire.
(Despues de leer una noticia en ElMundo.Es, sobre la gran canción de Bob Dylan Blowin´in The wind)

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