martes, 18 de agosto de 2009

Martín 1961

Una serie de entradas dedicadas a mis pipas, esas compañeras que últimamente me acompañan en casi todos los momentos de mi vida, y a despecho de las autoridades sanitarias y "cuasimorales" que incluso se atreven a decirnos cómo o cuándo o hasta con quién debemos gozar o morir o intentarlo.

En fin, la afición al noble arte de la pipa, que me cogió ya mayor pero que espero no me abandone, y en homenaje a mis compañeras, las dejaré por aquí, para mostrarlas al mundo y dedicarles algunas palabras e inspiraciones, por entretenimiento y agradecimiento, y por extensión de ellas, a mis compañeros pipafumadores, empezando por los del Club de Albacete Pipalba, y a todos allende fronteras y océanos.




Una clásica interpretada por las primorosas manos de R. Martín, el artesano de Valencia que nos permite tener pipas de lujo a precio razonable, y cuasi artesanales por mimo y acabados.

Una billiard con todas las de la ley -y con plata de ídem en precioso anillo que llama la atención de todos cuantos me ven fumarla-. Y el brezo, ¡qué decir!, un lujo de curación y dureza, que transmite en la mano esa sensación de lo bien hecho, ligera a pesar de sus dimensiones, y preparada para todos los terrenos y todos los tabacos.
Una de mis primeras pipas, que encargué a Tres Forques -junto a una Jensen y la Viprati- antes incluso de haber fumado en pipa, y que me enamoró en fotografía y me entusiasmo en la mano. Es una de las que más he tardado en estrenar, por miedo a que mis inexpertas manos la estropearan, pero que una vez medio dominada, me da fumadas auténticamente placenteras y duraderas; suelo incluso llevarla de viaje conmigo, pues por forma y acabados, es pipa casi de lujo...y no desmerece en ningún momento y ocasión.
Se ha portado extraordinariamente bien con todo tipo de tabaco, aunque, ahora que el número de pipas me lo permite, la tengo reservada a mis queridos latakiados, pues por capacidad del hornillo me permite cargas de casi corrida de toros o largometraje superproducción, despreocupándome de recargas o de elecciones de tabaco por largo tiempo.

En su comienzo, como tengo entendido de todas las Martín, me costó un poco domeñarla y que extrajera el sabor de las labores sin mezcla y sin aroma de la madera, pero tras tres o cuatro cargas, siempre me permite disfrutar el sabor del tabaco tal cual, sin añadidos ni alteraciones.
Inscripción: Martín 1961. Tres Hojas
Tipo: Billiard lisa marrón.
Valoración personal: 8/10












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