martes, 18 de agosto de 2009

Peterson Donegal

Una serie de entradas dedicadas a mis pipas, esas compañeras que últimamente me acompañan en casi todos los momentos de mi vida, y a despecho de las autoridades sanitarias y "cuasimorales" que incluso se atreven a decirnos cómo o cuándo o hasta con quién debemos gozar o morir o intentarlo.

En fin, la afición al noble arte de la pipa, que me cogió ya mayor pero que espero no me abandone, y en homenaje a mis compañeras, las dejaré por aquí, para mostrarlas al mundo y dedicarles algunas palabras e inspiraciones, por entretenimiento y agradecimiento, y por extensión de ellas, a mis compañeros pipafumadores, empezando por los del Club de Albacete Pipalba, y a todos allende fronteras y océanos.




Otra clásica apple, ahora rusticada negra, que utilizo como todoterreno y pipa de batalla, y que forma, junto con otra hermana Peterson y la Jensen, el trio de compañeras, con el que, en los días laborales y menesterosos, saboreo los momentos de café y descanso.
Como todas las Peterson´s de baja y media clase -aún ando detrás de alguna de las grandes series irlandesas-, es difícil y dura de fumar en un principio, y las primeras fumadas ofrecen ese sabor acre y rancio - como de gritar ¡ rayos y centellas!, y esa humedad persistente en la fumada- , que invita a dejarlas aparcadas; pero una vez superada la prueba, y aculotada convenientemente, ha resultado una pipa dura y fiable, cómoda de usar y llevar, y resistente a manejos sin demasiados miramientos. Como pipa de diario, o casi, la fumo con todo tipo de tabacos, sin preocuparme mucho por distinguir sabores y olores y calidades en las cargas; la verdad es que no me ha dado nunca la sensación de mezclar unos u otras, y respeta mucho la labor sin desvirtuarla, lo que es de agradecer cuando no se dispone de mucho tiempo o pipas, para limpiarlas a conciencia todos los días, o cambiar de compañera a diario.
Una de las cualidades que más aprecio en ella, amén de la regularidad de sus fumadas -esto es lo más definitorio de las Peterson´s, su bendita regularidad-, es el tacto rusticado de la misma, y sin embargo suave y su ligereza. Dispone de la boquilla típica de las Peterson´s, stemlip, que lanza el humo contra el paladar para proteger la lengua, y que aún hoy, dejando de ser novato, no me desagrada. Además, con el uso está perdiendo un poco el tinte negro con el que en un principio se adornaba, y en las aristas aparece un rojizo del brezo muy hermoso. Con el uso y el tabaco, creo que la belleza de la pipa irá en aumento, y que lejos de desgastarse, acrecentará su valor. Es una sensación.
Fue un regalo navideño de mi hermana y cuñado, que aparecieron, después de un viaje a la capital del Reino, con esta señorita y una bolsa tabaquera. Y fue mi primera Peterson, por las que yo sentía cierta atracción, un poco indómita e irreverente, pues siendo sajona, no era british, un poco a despecho de las tan caras prima donnas de las pitadas inglesas. Me llenó de satisfacción el regalo, pues responde a la perfección mi gusto clásico por formas, colores y texturas. Le tengo por ello gran cariño, y es posiblemente la pipa que más fumo; pipa de batalla como dije, que se bate y curte casi todos los días, mientras sus hermanas y compañeras, quizá más caras y elegantes, esperan en retaguardia, sabedoras que ésta entregará toda su alma en el empeño y dejará al fumador dispuesto para otroras, quizá más reposadas y tranquilas y sosegadas, pero no mejores, fumadas.

Inscripción: Peterson Of Dublin Donegal Rocky 502
Tipo: Apple rusticada negra.

Valoración Personal:7/10





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