viernes, 21 de agosto de 2009

Y siempre la luz...



En estos días inclementes, apesadumbrados y temerosos, en los que ves la oscuridad en los ojos de la persona querida, y los días son noches y las noches vigilia, en tu gavia particular y dolorosa, esperando otear quizá un brillo o una tímida sonrisa o quizá un movimiento fugaz que admita la esperanza que ya no recuerdas…

En estos días grises, fríos y agotadores, en los que llevas el alimento quizá a la boca de la persona querida, esperando un gracias que no llegará…, y atiendes necesidades que creías lejanas y ajenas, aprendiendo ahora a suplir incapacidades y dolencias que ya no recuerdas…

En estos días olvidados, negros y silenciosos, en los que suples toda una vida y atiendes casas y haciendas abandonadas por la persona querida, en un papel que no es el tuyo ni nunca quisiste...


En estos días ojerosos, quizá de lágrima y maldormir, en el que recuperas sensaciones olvidadas y añejas...jugando un rol que no es el tuyo y desesperas...y todo es amargo, triste y desmadejado... de presagio negro e infernal...


...recuerda, y cree, que siempre te quedará la luz, y el mar, y el calor y la sal, y que luego, tras el invierno...iluminará la vida, la calma y la dicha, y todo, aunque no sea igual, pues no podrá serlo, sin embargo será de nuevo...


... azul...

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