lunes, 28 de febrero de 2011

El dolor

Tras las últimas noticias, en forma epistolar y sorpresiva, que tuve de Don Nicasio Pelades, y de las que ya dí noticias y recado, su recuerdo viene insistente a mi cabeza, como reclamándome la recuperación de su memoria, olvidada en el trajín de los años y las ocupaciones.
Ayer, en respuesta rápida y calurosa, recibí carta de don Ramón Perigüello, que fuera Director médico del Hospital Psiquiátrico de Alicante. Me contesta muy por extenso a mis inquisiciones sobre el tiempo en que estuvo bajo su tutela y cuidado, y pasa por encima, lo que le agradezco, sobre la manera en que lo localicé, que no viene tampoco al caso de ajena y quizá ilegal.
Me dice que de todos los años al servicio de la Administración –largos deben ser, pues barrunto que Don Ramón será centenario o casi – y en la práctica de su profesión –fue en tiempos reputado psiquiatra – nunca tuvo en sus manos una historia como la Don Nicasio. Se acuerda, pese a sus años, del caso y del hombre.
Me cita amablemente, cuando mi agenda lo permita, a vernos, para satisfacer mi curiosidad. Que es mucha, pues creía ser el que mejor conocía el asunto.
Y acompaña, autógrafo, un poema que formó parte del tratamiento, que conserva junto a otros muchos papeles y recuerdos. Dice que incluso mereció, bajo pseudónimo, el accésit en unos juegos florales de la Diputación de Alicante, a los que don Nicasio era muy aficionado.
Helo aquí:


Hoy, siento el dolor agarrado al corazón. Insufrible.

Infartando toda mi alma y todo mí ser. Real. Hiperbólico.

Quizá merecido, lo que lo hace más desgarrador y poético.

Un dolor que no por común, de repetido y todos, es más soportable y amigo.

El dolor mayúsculo del silencio y el abandono. De la respuesta no contestada y la distancia
impuesta.

Hoy, de nuevo, siento la sangre fluir en mis venas, pero estoy muerto.

Te fuiste en mis manos, y yo quedé con la cópula insatisfecha y el orgasmo ajeno.

Con el alma rota y la salud decrépita, sólo el dolor me recuerda que la vida desde tu ausencia, no es vida.

Sólo espera
.”

Me pregunto si también estaba imaginado ante o post a su célebre caso, pero no tiene fecha.

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