lunes, 14 de marzo de 2011

Nihil novum...

El mundo perece por el sol naciente, golpeado por la naturaleza que ahora no es madre, ni siquiera amante. O tal vez despechada por no tratarlas como merecen, una u otra.

Y el mar, ese viejo sabio eterno y canalla, mostrando una vez más su poder, colocándonos en nuestra insignificancia y propio dimensión. Poco honor hace a su intitulación allá.

El hombre moderno colocado de nuevo ante su realidad; la historia recordando que ya antes, otros hombres y otras sabidurías habitaron el mundo, creyéndose eternos. Ilusiones.

Que nos encaminamos al desastre ya nadie lo duda. O no debiera. Pero tal vez esté bien que se nos recuerde, aunque sea dolorosamente, que nada es gratuito ni nuevo de verdad.

Escribo esto con tristeza y aún dolor. Tengo hijos. Y no estoy nada seguro de que les espera.

Yo, amortizado, aguanto fumando mi pipa y viendo volar las golondrinas, que traen piar de otras latitudes y otros lugares.
Atónito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Soledad

        Soledad. La calle solitaria acompaña mi vigilia húmeda de madrugada y deseo; te busco en todos los rostros te persigo en todos los c...