I.
Un instante en la
tarde
inundado de azul;
el tiempo detenido
un mínimo roce de
la mano
una mirada
sorprendida
una sonrisa
cómplice.
Es suficiente
real
y en el aire
la pregunta
¿sigue todo igual?
II.
Te marchaste
dejándome vacío
yermo, roto, solo.
Te marchaste o te
dejé marchar
no lo sé
ni quiero.
La segunda
posibilidad añade
estulticia,
enfermedad
un retrato cierto.
III.
Sentada ante mí
me imaginaba
jugando entre tus pechos.
Eras fría, pulcra,
distante
lejana,
inaccesible.
Pero los sueños
son libres...
y sueño.
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