jueves, 9 de febrero de 2012

Lecturas y 14, la imposibilidad del azul.


Creo que siempre tuve claro
que no tendría la dicha de verte
tumbada dormida a mi lado.


Me esforcé por ser un buen chico
Incluso te leía versos malditos
escritos atropelladamente en el sucio plástico
de las botellas vacías donde mezclaba
mi deseo y tu ignorancia.

Tenías ya por aquel entonces  buen tipo
y un novio celoso de sus pertenencias.
Siempre fui poco respetuoso con la propiedad ajena
algo libertino
para desconcierto de mis padres
y sorpresa tuya imagino.

Eras caprichosa, distante, hermosa
nos sorprendías cada año con tu último
traje de baño.
Yo deseé siempre arrancártelo
con la boca llena de mar y escándalo.
Pero tú, con un mohín y cierto desdén
preferías la seguridad de otro orgasmo.

No te culpaba
no hubiera sabido como recorrerte
perdido
pero me hubieran gustado
algunas clases magistrales de pecado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Soledad

        Soledad. La calle solitaria acompaña mi vigilia húmeda de madrugada y deseo; te busco en todos los rostros te persigo en todos los c...