Creo que
siempre tuve claro
que no
tendría la dicha de verte
tumbada
dormida a mi lado.
Me esforcé
por ser un buen chico
Incluso te
leía versos malditos
escritos atropelladamente
en el sucio plástico
de las
botellas vacías donde mezclaba
mi deseo y
tu ignorancia.
Tenías ya
por aquel entonces buen tipo
y un novio
celoso de sus pertenencias.
Siempre fui
poco respetuoso con la propiedad ajena
algo
libertino
para
desconcierto de mis padres
y sorpresa
tuya imagino.
Eras
caprichosa, distante, hermosa
nos sorprendías
cada año con tu último
traje de
baño.
Yo deseé siempre
arrancártelo
con la boca
llena de mar y escándalo.
Pero tú, con
un mohín y cierto desdén
preferías la
seguridad de otro orgasmo.
No te
culpaba
no hubiera sabido como recorrerte
perdido
pero me
hubieran gustado
algunas
clases magistrales de pecado.
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