Eras un buen motivo
para abandonar los libros y la Universidad.
Recorría las calles en tu busca
rastreando las avenidas calurosas
ahogado en alcoholes baratos
costeados por los amigos tiernos
y mis promesas de caricias lujuriosas.
Al final me gradué
y tú te marchaste con otro.
Pasados los años
te vi.
Seguías hermosa.
Me dijeron que andabas libre,
y de nuevo pensé en abandonarlo todo por ti.
Pero me hipotequé
y mis amigos ya no costean los sueños ajenos.