jueves, 13 de marzo de 2014

Lecturas y 53, voluntas.

Estoy a mitad de la vida
y tan sólo aspiro
a que la muerte, en su venida,
me sorprenda rodeado de libros
sentando una noche de invierno
rodeado de las personas queridas
los recuerdos de los amigos.
Y si ha de ser solo el trance
empuñando la pluma
hasta el último aliento
soñando con la poesía.
No quiero lágrimas
ni flores ni salmos;
una canción del poeta
-Jungleland-
y  mis cenizas en la mar.



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