Quemo los deseos y los augurios
en la noche de San Juan
en orden, malos y buenos
y tres vueltas al fuego redentor.
Bebo el conjuro que quema la garganta
cristal de fuego y alcohol
que arrastra los pesares
y los espíritus hace nuevos a la llegada del sol.
Rito a la orilla del viejo mar
fuego, humo y noche
como en los primeros tiempos del hombre
que nada sabe y todo teme.
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