Hay días para vivir
cientos, miles, anónimos
y sólo una noche para morir.
Pero a todos los días le sigue su noche
como la muerte a la vida.
Yo habito esa noche
desde tu partida.
Esto no es un poema de amor
aunque quiera parecerlo
tan sólo una confesión
de un enamorado muerto.
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