martes, 2 de diciembre de 2008

En la cofia

Al Azul


Viene el mar como susurrando voces
entre olas y espumas de infinitas mareas;
trae el mar como recuerdos de nombres,
capitanes intrépidos, héroes de mil guerras.

Océano gris, ¡cuéntame tus penas!.
¿Acaso es cierto lo que mis oídos oyen?
¿Qué hay bajo tus mojadas arenas?
¿Qué tesoros, qué navíos, qué huesos escondes?.


Océano gris, ¡ya no cantan tus sirenas!
¡Ya no hay ningún Achab que te surque y ultraje!
¡Ya no hay jarcias, vergas, cabos ni velas!
¡Ya no más por allí sopla ni más al abordaje!

Viene el mar como llorando las olas
gimiendo sus brumas, colimas y boiras;
viene el mar como triste de su eternidad
como queriendo ser persona.

¡Pobre océano que sueña con ser hombre!
porque ya ningún capitán lo navega
mirando en su sextante estrellas y horizonte.
Ya no hay marinos con aros en la oreja
ni pabellones negros ni leviatanes blancos,
ni bruñidos cañones ni patas de palo.


¡Aguanta mar, que pronto abrazaremos
el azul infinito de tus siglos
y besaremos y reiremos
en la belleza inmensa de tus ojos!.

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