lunes, 26 de enero de 2009

Firmin, de Sam Savage


Gran historia, y hermosa, es este relato; historia de literatura, de vida, de amor; hermosa y a ratos conmovedora historia de pequeños perdedores.



Firmin es una rata a la que alumbran en los bajos de una librería -de viejo llamaríamos en España -, junto a doce de sus hermanos; y como quiera que su madre sólo dispone de doce mamas, ya desde su nacimiento no tiene más remedio que soportar los sinsabores e infortunios de la vida; y siendo la más pequeña y débil, el hambre le conduce a descubrir que puede alimentarse de libros, y, con el tiempo, aprende a leer. Y descubre el mundo hermoso y trágico de la literatura, llenando el vacío de su vida con los Grandes -Joyce, Cervantes, Byron, Defoe...-, comprendiendo que él no es una rata cualquiera, transformada por el poder de la palabra y los libros en un ser inteligente, sensible, sabio, que busca desesperadamente el romper la linea que lo separa de los humanos, a los que contempla y ama en silencio en la persona del dueño de la librería, y posteriormente en el escritor que la acoje cuando aquel trata de exterminarla, considerandolos sus iguales, soñando con ser correspondido y tratado por sus colegas como otro más en el amor por la literatura. En su deambular por el mundo real, al que sólo acude para alimentarse y para asistir al cine, su otra gran pasión, Firmin contempla la paulatina degradación del barrio de Boston en el que vive, aunque él se siente seguro y feliz en el edificio que acoge sus sucesivos hogares. Tan sólo quiere poder mostrarse a los humanos como realmente es, y compartir con ellos charlas y risas y vida.




Hermosa historia de perdedores, como en ocasiones es la vida. Historia de pequeños perdedores: el librero de viejo, pues su negocio no puede soportar el avance de los tiempos y la degradación paulatina de su barrio, que sólo resiste gracias a su amor por los libros y a los incondicionales que acuden a buscar libros malditos o difíciles, pero que al final será vencido; el viejo escritor hippie, el hombre más listo del mundo, como anuncian sus tarjetas, con sus libros sin publicar, y sus extraordinarias historias, que malvive de la venta ambulante y que convive con una rata civilizada - extraordinario personaje este E.J. Magoon, trasunto de propio autor Sam Savage- y que al final tendrá triste final; perdedor el barrio en el que se desarrolla la novela, que desaparece finalmente ante el avance del nuevo urbanismo de la ciudad; y perdedor al fin Firmin, el gran Firmin, que en su humanización progresiva opta finalmente por una solución trágica, épica, como uno de sus amados Grandes, y volver al seno materno -el Finnegas Wake de Joyce, -que le vio nacer, y no compartir el destino de sus congéneres, incluso en un escenario de destrucción y miseria donde las ratas tienen más que en ningún otro sitio su razón de ser.




Gran relato, o pequeña gran novela, con uno de los personajes que pasan a la historia de la literatura, pues obviamente una rata que sueña con ser Fred Astaire y bailar con Ginger Rogers, y que aprende el lenguaje de sordos para comunicarnos su grandeza, necesariamente nos reconcilia con el poder de la literatura. En él hay que creer, y "Adiós cremallera".



Puntuación en el Club de Lectura de la Biblioteca Pública del Puerto de Mazarrón: *** sobre *****. Puntuación personal: *** sobre *****.
FICHA
TÍTULO
: FIRMIN, Aventuras de una alimaña urbana
AUTOR: Sam Savage
EDITORIAL: C. de Lectores-con autorización Seix Barral-
ISBN: 978-84-672-2976-9
PÁGINAS: 216








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