miércoles, 25 de febrero de 2009

Paseando por la Mancha

Paseando por el poblachón manchego de Villanueva de los Infantes, el otro día, al lado de la casa donde nació Santo Tomás de Villanueva, predicador, teólogo, arzobispo de Valencia, gran influyente en Trento, Santo y una de las figuras importantes del quinientos español -el gran primer Carlos dijo de él oyendole predicar, "este hombre convierte a las piedras"-, digo, al lado de la casa de su nacimiento, con placa conmemorativa y demás, y un coqueto oratorio al lado, propiedad que fue de su familia, suenan los cánticos árabes de un piso aledaño. Asomados al balcón, tres moros beben cerveza y canturrean, con evidente desprecio de las enseñanzas del Profeta o quizá por soportar el calor vespertino de la Mancha, no sé. Y pienso, España, ¿qué ha sido de ti?. O quizá ¿es esta tu grandeza, que aún hoy y de nuevo, pares razas y credos y es natural?
Y lo mismo en Almagro, ante la estatua de Diego de Almagro, Adelantado Mayor de Castilla y Capitán General del Chile, donde a sus pies juegan niños andinos y africanos, con lenguas y sonrisas de otras latitudes...
Y sonrio y casi me carcajeo al pensar que hay gente que dice que España es una entidad sin sustancia, historia ni identidad...
Me alejo fumando una pizca de HH Siryan Vintage de McBaren, tabaco apropiado para ensoñaciones y cabilaciones, en una Charatan que encontré, o quizá ella a mi, en una mercadillo de Estocolmo.
Esto de viajar es lo que tiene, nos sitúa a todos en nuestro sitio, mostrándonos la propia insignificancia. Leí en algún sitio que no se trata tanto de viajar como de irse, y olvidar un poco lo mio para ser lo nuestro. En fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Soledad

        Soledad. La calle solitaria acompaña mi vigilia húmeda de madrugada y deseo; te busco en todos los rostros te persigo en todos los c...