He fumado el opio de los literatos
he bebido la
absenta de los pintores
he leído las encíclicas
de los Papas
Inútilmente.
En las noches
negras, blancas o verdes
en las madrugadas
insomnes de calles infectas
en las ciudades
oscuras, bajo los puentes
vanamente.
En los cuerpos
comprados a bajo coste
en las risas
impostadas de amores furtivos
en rezos y salmos
a dioses ajenos
torpemente.
Inútilmente
Vanamente
Torpemente
busqué mi verdad
pero sólo
encuentro sueños rotos
frío
y vacío.
Usted
¿sigue tan
educadamente feliz,
tan lejanamente
feliz,
tan extrañamente
feliz
tan dolorosamente
feliz?
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