En el amor como en el boxeo
sólo se triunfa
en la distancia del dinero.
En el riesgo de que te rompan
la cara o el corazón
ganarás la bolsa, el sentir, la razón.
Los finos estilistas, danzarines,
hermosos cuerpos esculpidos
que sonríen mirando a los flashes
sucumben ante la mano pesada
la mirada turbia
el deseo
la sonrisa desdeñosa.
En las doce cuerdas
o en el catre
gana el deseo y la irreverencia.
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