A Pedro
Amador Carlos, poeta y amigo.
Tu oceánica lucidez
iluminó nuestros
juramentos
y tu verbo preciso y claro
adornó los
humos manchegos.
Llegaste
desde tu patria
pampa, tango
y bandoneón,
hastiado de
la política ficción
y tu
elegancia gardeliana
conquistó al
punto nuestro corazón.
Es tu patria
mala tierra
si dejó
escapar tan alto poeta.
Ella te
perdió
nosotros te
ganamos;
por una vez,
me alegro de la sinrazón.
Ahora
luchas, amigo,
en una
batalla cruel y violenta.
Quizás tus
bagajes –y los míos-
sean impropios
para esa guerra.
Pero te los
ofrezco sincero:
no hay más
honor que compartir trinchera
con tan buen
caballero.
Muy hermoso y bien retratado el hombre que traía la brisa porteña, el verso amable y la faz sincera.
ResponderEliminarAlta la frente, mirada limpia y un acervo de sabiduría impropio de estos tiempos de regocijo en el lodo de la ignorancia.
Y sin embargo, la Humildad y su Generosidad por bandera.