viernes, 4 de enero de 2013

Lecturas y 24, red dream


Te he regalado

un pintalabios rojo

para que adornes

lo que mordería gozoso.


Pero es inútil embellecer

lo ya perfecto.


Así pues

úsalo para el cristal

de despedida.

Dibuja mi corazón roto.


Hemos paseado

tus calles azules

separados por el sacramento

bajo luces de fiesta.

Miramos  -o no- escaparates

en silencio.

Y al fin nos conjuramos

para pasearlas

como dos corazones

que son, en verdad,

uno sólo.

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