Vuelvo al bar de todas las esquinas, mi pequeño y acogedor bar de los currelas, después de unas vacaciones que han sido como todas: cortas, humildes, insatisfechas.
El ánimo sigue ausente, como el país. La motivación inencontrable, y la devoción perdida.
Nada nuevo.
Tan sólo las mínimas palabras, los escasos versos, la difícil rima.
Son el sustento de las madrugadas y el alimento de los sueños.
¿Será suficiente para mantener la vida, la esperanza?
"Todas las historias e infundios sobre su pasado, acumulados hasta formar otro ser, siempre presente y,desde luego, mas entrañable que su propia, pálida y vana existencia hecha de náuseas y de sueños" Apendice, Un Bel Morir, Alvaro Mutis
lunes, 30 de septiembre de 2013
viernes, 27 de septiembre de 2013
Lecturas y 29, somnolencia
Descansa azul
Sueña y alégrame.
Ese es tu poder
yo tu más fiel
rendido admirador.
Me tumbaré a tu lado
mirando la incredulidad de tu belleza
sintiéndome niño y héroe y milagro.
Seguiré el contorno de tu cuerpo
trazando las líneas del deseo
y el cobijo
para sentir la vida y tu presencia.
Soy yo y eres tú y es
la mar.
Somos nosotros. Nada
más.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Lecturas y 28, Darkness on the edge of my bed
Murcia, noviembre 1994
En la madrugada compongo los versos
acompañado del poeta
y el alcohol.
A lo lejos suenan 1
guitarra
y las risas de la felicidad.
Yo me siento muerto
y no creo en la
resurrección de la carne.
La chica de pago se ha ido
dejándome vacía la cartera
y las sábanas manchadas
los versos rotos
el desvarío.
Dijo llamarse Lucinda
mulata experta 120-60-90.
Pero no podría asegurarlo.
Desde tu ausencia
no soy buen amante
ni buen fisonomista.
lunes, 2 de septiembre de 2013
Propósito de enmienda
He recibido de las escasas
lectoras de estas palabras mías –presumo, primera y segunda acepción, que son
lectoras en su mayoría- la invitación a retomar la mínima costumbre de dejarlas
por aquí, para lectura libre y desigual. Es su deseo que tenga más rapidez en
parirlas, y más predisposición para publicarlas.
Vicisitudes de todo tipo me han
mantenido alejado de la gavia,
abandonados los escritos más que anónimos, ausentes, y desierta mi
querida moleskine. Seco de inspiración, ajado de letras, huérfano, o viudo o
ex, de la musa. Y confieso negro sobre
blanco que busqué, más no hallé.
Algunos lectores me han acusado
de ser difícil y oscuro; otros de fácil y previsible, los más de ingenuo; los
menos leen con atención, pocos comprenden.
Mentiría si no esperara que estas
ocurrencias mías, los pequeños y mínimos poemas, las vivencias escasas, las
noticias de las que soy inesperado depositario, fueran leídas, valoradas,
compartidas. No fue esa mi intención primigenia. Pero me alegraría que
al menos un verso, una frase, una idea, iluminara la cara y traspasara el alma de un lector, aun único.
Entonces todo tendría su sentido
y cobraría valor lo que, mal que bien, llevamos al folio en blanco.
Aunque no fuese esa la intención
primera. Que la hubo.
Pero eso queda entre ese lector y
el que suscribe.
¿Eres tú, lector, ese al que
busco?
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