El otoño se hizo hoy
nuevo verano y luz.
A la orilla del mar
en la playa de mis amores
primeros,
de mis últimos suspiros,
donde blanquearan mis huesos descarnados,
el azul
se hizo presente y real.
Extraña meteorología ésta
que me devuelve a mi adolescencia
con una sóla presencia
con un solo sentir
con una sóla palabra en el aire susurrada.
¿Cuándo un juego inocente
tiene el poder de la transformación?
¿Cuándo una carne deseada
puede esperar ser mordida?
¿Cuándo una mirada detenida
puede suplir toda una vida?
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