La luz tenue ilumina tu mirada
y acompaña mi mano temblorosa.
Suena la música, banda sonora de la pasión.
El vestido rojo está tirado en el suelo
al lado de tu cuerpo desnudo.
Te he amado
como no imagine poder hacerlo;
recorrí la línea precisa
de tu espalda y de tu sexo.
Saciando la sed de mi recuerdo.
Los billetes reposan
en la almohada
como faros precisos
de nuestra historia.
Y sin embargo me sonríes
al despedirme
como novia inocente
como mujer satisfecha
como amante paciente.
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