No sé qué le encuentras a ese
perpetuo vagabundear tuyo, dando tumbos de un lado para otro. ¿Por qué no te
casas y te instalas en alguna parte?
Éste no es lugar para quedarse
toda la vida. No existe, por lo demás, semejante sitio. Al menos para nosotros.
Ilona llega con la Lluvia, Alvaro Mutis.
Imagino que tienes dos hijos
o una sobrina azul y etérea,
paseas en tus noches un perro de peluche
y le hablas al mundo en un extraño acento
caribeño,
pero nunca los vi,
y tu voz
resuena en realidad centroeuropea
y tu piel blanca y tu sexo breve
no es de opulencia y ociosidad.
En realidad no sé nada de ti.
Te sueño con trabajo difícil y poco
convencional
amantes, ex maridos, la piel
tatuada
una risa clara y franca
pero te supongo dando clases
aguantando a los suegros y a un marido
convencional
rodeada de libros que te acompañan
y perdida tu hermosa mirada de mar.
Eso es lo que en realidad sé de ti.
Nada.
Puede decirse ..señor Gaviero que abandonamos el camino antes de empezar a recorrerlo.....
ResponderEliminarEstimado lector/a anónimo
ResponderEliminar...los caminos, del Señor y todos, son inescrutables y diversos. Y cada uno los recorre con el bagaje, la pericia y el ánimo que lleva en sus alforjas; lo importante es el caminar, como diría Don Antonio “Todo pasa y todo queda/ pero lo nuestro es pasar,/pasar haciendo caminos/ caminos sobre el mar…caminante, son tus huellas/ el camino y nada más/ caminante no hay camino/ se hace camino al andar
Siempre hay que caminar, siempre...
ResponderEliminar