Me levanto
en cama ajena y desconocida.
La mujer se asea en el baño
y alaba mis dotes amatorias.
Le agradezco su mentira
yo también le mentí
al decirle que la quería.
Declino el desayuno común
prefiero el paseo por calles grises y mojadas
de domingo invernal y solitario.
"Todas las historias e infundios sobre su pasado, acumulados hasta formar otro ser, siempre presente y,desde luego, mas entrañable que su propia, pálida y vana existencia hecha de náuseas y de sueños" Apendice, Un Bel Morir, Alvaro Mutis
domingo, 30 de diciembre de 2012
viernes, 28 de diciembre de 2012
Lecturas y 21, democracy
He preguntado a mi banquero por qué
roba nuestro dinero
He preguntado a mi diputado por qué
cercena nuestro futuro
He preguntado a mi sindicato por qué
crece la lista del paro
He preguntado a mi psiquiatra por qué
los locos andan sueltos
He preguntado a mi sacerdote por qué
Dios consiente esto.
Economía. Democracia. Respeto. Esperanza. Fe.
Contestan.
Palabras, palabras.
Yo las amo, en su precisión.
Por eso les replico
mentirosos, nauseabundos, idolatras, traidores.
roba nuestro dinero
He preguntado a mi diputado por qué
cercena nuestro futuro
He preguntado a mi sindicato por qué
crece la lista del paro
He preguntado a mi psiquiatra por qué
los locos andan sueltos
He preguntado a mi sacerdote por qué
Dios consiente esto.
Economía. Democracia. Respeto. Esperanza. Fe.
Contestan.
Palabras, palabras.
Yo las amo, en su precisión.
Por eso les replico
mentirosos, nauseabundos, idolatras, traidores.
viernes, 21 de diciembre de 2012
Agradecimiento recíproco
Aquí os dejo la entrada del blog Negra y Criminal del 20 de diciembre de 2012.
Gracias, Paco y Montse. Por que todavía quedan resistentes.
http://negraycriminal.wordpress.com/2012/12/20/palabras-de-un-complice/
Gracias, Paco y Montse. Por que todavía quedan resistentes.
http://negraycriminal.wordpress.com/2012/12/20/palabras-de-un-complice/
miércoles, 28 de noviembre de 2012
¿Primera? carta de amor muerto.
Entre los papeles de don Nicasio,
aparece de nuevo una extraña carta, sin fecha.
En esta no hay rastro de
estampillas de censura, ni tampoco va firmada. Quizá solo fuera un borrador
salido de su mente enferma, o un texto no enviado escrito antes de su encierro.
En todo caso, no hay duda de su autoría,
más si se relaciona con las otras; y
casi me atrevería a decir que es, en efecto, de un tiempo anterior a todo su
caso y juicio. El comienzo de algo.
Las referencias a su amor, de tan
triste destino final, sigue poniendo la congoja en el alma y el nudo en el
estómago. A pesar de la atrocidad última, ¡qué difícil le debió resultar el
final para su alma atormentada!
Hela aquí:
“Cada héroe tiene su cronografía. Y el lugar de sus hazañas queda
marcado en los textos, jalones de su existencia y deambular. Fechas y
lugares que, con el tiempo, son mitologías para las generaciones futuras, a las
que vuelven para encontrar explicación a sus pequeñas historias; son el
refugio de sus miedos, la esperanza de sus sueños, la justificación de su forma
de ser.
Yo, como el Poeta, no soy un héroe. Mis armas y mis bagajes
siguen siendo limitados: unas palabras, un color de difícil rima,
lecturas, la timidez de un niño, el hastío de un hombre duro…
Pero tengo poderosos aliados. El mar viejo y sabio; el sueño intenso y
febril, la fe en una mirada, la desnudez proclamada de mi alma, la descarnada
sinceridad.
Y sin embargo, también tengo una cronología y un lugar de mis hazañas.
Estos pasados siete días de agosto ya el comienzo de mi pequeña
historia, el inicio de la vida tras la oscuridad y el silencio, el renacimiento
del palpitar para mi corazón.
Y tuvo que ser en el mar de los héroes legendarios, de la civilización
que llevo en las entrañas. En él vi por primera vez hace muchos años la razón
de la existencia, y a esa razón me aferré a mis quince años, convirtiéndola en
la materia de los sueños, la necesidad de mí respirar, la justificación del
combate que, aún perdido, daba sentido a todo.
Han pasado veintiséis años. Veintiséis inviernos fríos y duros.
Años de luchar contra el tiempo, de armar las razones y los sentires, de no
abandonarse a la locura y la desidia. Una vida no plena de un niño que
dejó de serlo y de un hombre que soñaba con el azul y el mar, atrapado entre
familias, compromisos, sueños ajenos, justificaciones vacuas,
inseguridades y miedos.
El antihéroe amputado, convencido de que el invierno de su vida era
perpetuo, y a él se habituaba, resignado.
Y en siete días de un mes de agosto, en la playa del viejo mar, el hombre ha vuelto a ser el niño de sus quince años, y el niño se ha
transformado en el héroe que soñaba en las noches estrelladas, caminando entre
olas y marejadas, imaginándose morir en el azul de su amada.
Al fin, renace. Y canta. Vuelve a soñar. Pero ahora el sueño no es
oscuro, ni enfermo, ni desvarío. Es luz, felicidad, dicha.
Y todo gracias a la ninfa de ojos azules que, tras veintiséis años,
sigue siendo la misma. La fe y la certeza de entonces hechas realidad. El niño
héroe está feliz, pues sólo él –creo- sabe quién es ella:
La belleza, la sabiduría, la hermosura, el mar, el intelecto, el sexo,
el deseo, el misterio, la alegría, la calma, la serenidad, el fuego…ella es la
mujer de los griegos, la amada de los héroes, la diosa de los romanos, el harén
de los árabes, la princesa de los caballeros. Ella es todas y cada una de
ellas, el motor de nuestra civilización, y lleva en su mirada toda la historia
de nuestro viejo mundo, que ahora nace de nuevo y hermoso en el corazón, en la
boca, en el cantar, de un pequeño héroe.
El es así por Ella. Y para Ella.
En la noche estrellada, oyendo el susurro del mar, el hombre piensa
estas cosas y las pone negro sobre blanco, torpe pero sinceramente, para
hacérselas llegar, junto a todo el sentir y agradecimiento”.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Sorpresa
Ya sé que es
poca cosa, pero hace ilusión.
Aquí os dejo el
mensaje que recibí esta mañana. Es mi primera participación en un Concurso
Literario, y por lo menos veré un poema publicado negro sobre blanco.
Una
versión del poema "Los beneficios de la Absenta", que anda por aquí
también expuesto.
Estoy
contento. Sí.
"Apreciado
Enrique,
Nos es grato comunicarte que el poema que enviaste titulado “De
los beneficios de la Absenta” al I Certamen Internacional Toledano
“Casco Histórico”,
ha sido clasificado en el lugar número 26. Como te informamos en la Bases, a
los 120 primeros clasificados se les publicará su poema en un libro que
recogerá a los 120 catalogados. En tu calidad de finalista, recibirás en tu
domicilio postal un ejemplar gratuito, que te cede la Secretaría del certamen,
sobre el mes de enero. Han participado en el género de poesía, 211 autores/ras.
Así que… te felicitamos. Recibe un fuerte abrazo de los jurados, Editorial
Celya, y Secretaría."
lunes, 8 de octubre de 2012
Los tres aros
Anduve los
días pasados por el norte cantábrico español. Visité los pueblos marineros –Laredo,
Santoña, San Vicente…- que se asoman tranquilos al indómito mar, al que miran
desafiantes con sus elegantes paseos marítimos, sus antiguos puertos pesqueros,
sus viejas callejas, con el olor penetrante a sal y a pescado, donde las afanosas manos de las mujeres cosen las
redes que serán instrumento para el sustento de las familias en la lucha diaria
contra el elemento y el precio de las lonjas.
Sus nombres
rememoran hazañas pasadas en la pesca de la ballena, en los caladeros fríos del
Norte, vientos duros y mares encrespadas, en la boga perdida de las antiguas
traineras, sustituidas hoy por satélites, barcos factoría y globalización.
Pero con
sorpresa y admiración, me tropecé también con muchos hombres –jóvenes aún,
curtidos por la sal, el viento y la inclemencia- que lucían los tres aros en la
oreja. Si la costumbre no fuera, como digo, acompañada por la mirada dura y firme, las manos con la piel cuarteada y morena, por los cuerpos fibrosos del arriar
los cabos y trabajar las artes, hubiera
pasado por esnobismo moderno, como traición de costumbres, burda imitación.
Pero los que
amamos la mar, toda la mar, que extasiados con su infinita fuerza y misterio nos sentimos atraídos por su terrible belleza y su transcendencia, sabemos y admiramos, el significado de
esos tres aros en la oreja.
Los tres
cabos. Los tres continentes por estribor, desde la cubierta del barco.
Singladuras lejanas. Valentía. Soledad. Mar infinito en el horizonte y atrás,
en la popa.
Los tres grandes cabos: el de Buena Esperanza
al sur del África; el cabo Leeuwin, al sur de Australia y el cabo de Hornos, al sur de América. Superarlos
es una gesta que da derecho a lucir los tres aros, según la tradición marinera.
Antiguamente, los portadores de tales adornos tenían el derecho incluso a
permanecer en pié ante los reyes, y según costumbre inveterada, a orinar contra
el viento en las singladuras.
Por eso, en
mis paseos a la orilla del Cantábrico, humeando mi pipa y sintiendo el bramido
del viento, viendo mecerse los barcos abarloados en los puertos, y cruzar
miradas con tipos así, de mi edad o incluso más jóvenes, no pude dejar de
sentir una honda admiración y un punto de envidia.
A mí, nacido
en la llanura manchega, ese otro océano de viñedos y cereal, pero que llevo el
olor a sal y mar en mis entrañas, que miro el horizonte perderse a diario en el
viejo mar de los romanos, y sueño con derroteros y navegaciones, también me
hubiera gustado lucir los tres aros en la oreja.
viernes, 28 de septiembre de 2012
Azul
Me he encontrado, leyendo un
sesudo estudio sobre la mítica película Casablanca,
de Michael Curtiz, el párrafo que reproduzco a continuación.
Los escasos
lectores de estas letras mías sabrán la predilección que en mis pequeños versos
y mínimos textos tiene la palabra “azul”, que es rima difícil y complicada,
pese a lo cual la utilizo profusamente en unos y otros, y es inspiradora de
gran parte de mis ocurrencias y divagaciones.
Palabra que define el quinto
color del espectro solar.
Hasta ahora no
había sabido plasmar el motivo de esta querencia mía con la profundidad
apropiada, tal y como la siento a veces cuando la utilizo negro sobre blanco.
Renuncio a
hacerlo y hago mías las letras que siguen, escritas por J.A. González Casanova
en su libro Casablanca, Una historia y un
mito, Editorial Kairos. Aunque no escritas por mí, las suscribo plenamente,
y las acepto como explicación erudita a mi natural predisposición al azul. Son
la explicación del autor a la fantástica frase-una de tantas- que Rick-Bogart
le dice a Ilsa-Bergman cuando, recordando su separación en Paris, dice: “Los alemanes vestían de gris y tú ibas
vestida de azul”.
Pues bien,
dice González Casanova: “El azul es el
color más profundo e inmaterial, frío y
puro. Entrar en “lo azul” es pasar al otro lado del espejo (más allá del
narcisismo) igual que el pensamiento consciente pasa al inconsciente. El
azul absorbe las contradicciones y las
alternancias de la vida porque el azul
no pertenece a este mundo, sino a la eternidad tranquila y acabada, sobrehumana.
El azul expresa un movimiento en
distancia, de ironía, que conduce al hombre al infinito: un deseo de pureza y
una sed de lo sobrenatural. En los muros de las necrópolis egipcias se dibujaba
en azul los juicios de las almas, pues este color era el color de la verdad:
simbolizaba la muerte.
Pero sobre todo el azul es el color de los
Campos Eliseos, del Edén, simboliza lo Femenino…
El azul es el color de los dioses del cielo
romano, y para el Tao-te-king chino significaba lo no manifestado, así como
para la mística islámica es el color que simboliza la certeza de la intuición,
y el alma vital de hombre. Para Jung, en fin, el azul es el color del Cielo, el
Espíritu y del pensamiento.”
Lo único que se me ocurre añadir es que el azul es el color del mar, ese viejo sabio que me acompaña en mi deambular y soñar.
Ya tengo, pues, explicación para mi ilusión/visión.
Satisfactoria.
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